Los castillos medievales en la provincia de Badajoz es un recorrido por las numerosas construcciones militares. Fortalezas y castillos se ciernen sobre las poblaciones a las que protegieron durante los periodos de conflictos.

La provincia de Badajoz, tanto por su gran extensión como por su situación fronteriza con otros territorios, atesora numerosas fortificaciones que la convierten en una de las provincias con mayor riqueza patrimonial de toda la península.

Por citar algunos, ya que sería imposible mencionar los más de 40 castillos medievales, nombramos los siguientes:

Castillo de Miraflores, Alconchel

Este castillo tiene una ubicación fronteriza y la altura sobre la que se levanta esta fortaleza, a casi 400 metros, convirtieron su emplazamiento en una oportunidad estratégica, ya que permite controlar una amplia extensión de terreno. El primitivo castillo lo levantó Abd-el-Raman II a mediados del siglo IX, y fue reforzado por el reino aftasí a principios del siglo XI.

Este castillo medieval ofrece un conjunto impresionante gracias a las diferentes intervenciones de distintas culturas que han tenido lugar a lo largo de la historia en Extremadura.

Castillo de Miraflores en Alconchel, Badajoz

Con al menos tres recintos defensivos concéntricos. El mayor es un muro defensivo que protege los accesos donde la topografía del lugar no ofrece una defensa natural.

Al segundo, insertado en el primero, se accede por una puerta gótica y está dotado de torres redondas en las esquinas. Adosado al segundo en la parte norte se encuentra el recinto principal, una sólida mole presidida por la Torre de Homenaje, de unos 25 metros de altura, y unas dependencias adosadas que cierran un espacio rectangular. En este lugar estaban la residencia principal, el aljibe y la capilla.

Castillo de la Culebra, Alange

Este castillo constituye una impresionante edificación defensiva sobre el cerro de la Culebra. Su origen está en la era romana desde donde se controlaba todo el llano de la vega del Guadiana en los alrededores de Mérida.

Tras la invasión musulmana, Hixn al Hanas edifica en el 850 una nueva fortaleza sobre los restos romanos. La ubicación de este castillo es privilegiada para la defensa del territorio, ya que desde él se puede divisar las fortalezas de Hornachos y Montemolín.

Castillo de la Culebra, Alange

En el año 915 es tomado por un rey cristiano, en represalia por las dificultades que había sufrido durante la Reconquista y sus numerosas bajas en su ejército. Poco después vuelve a ser conquistado de nuevo por musulmanes.

Pasó a dominio cristiano por el año 1245 con el apoyo de la Orden de Santiago a Fernando III de Castilla, con lo que el monarca lo entregó a la Orden como encomienda.

En su tipología se observa una mezcla de estilos musulmán y gótico.

Actualmente se conserva la Torre del Homenaje, una parte de la muralla y la Puerta del Sol. Aunque queda poco de la construcción original, merece la pena ir a visitarlos, ya que desde las alturas puede divisarse la amplia panorámica de las vegas del Guadiana.

Castillo de Luna, Alburquerque

Esta fortificación se encuentra en lo más alto de una abrupta loma, fue tomado por Fernando II a los musulmanes en 1166, que lo entregó a la Orden de Santiago. Sin embargo, los musulmanes lo recuperan, y no fue hasta 1217 cuando es reconquistado nuevamente.

Casi siempre ha estado vinculado a señoríos otorgados por las Coronas de Castilla o Aragón, y también bajo dominio portugués. A mediados del siglo XV es entregado a Álvaro de Luna, maestre de Santiago, que realiza las reformas más destacadas.

El castillo está vinculado a la muralla que, partiendo de sus muros, protegía la villa. Esta fortificación exterior contaba con muros de 10 metros de altura, al menos cinco torres, y dos puertas principales defendidas con torreones.

Castillo de Luna, Alburquerque

En cuanto al castillo, destaca el compacto conjunto y sus dos torres: La Torre de los Locos, de planta rectangular, y especialmente la Torre del Homenaje, una sólida estructura de 13 metros de lado y 25 metros de altura, conectada a la anterior por un paso elevado con arco.

La Torre del Homenaje estaba distribuida en cinco plantas, y para su defensa disponía de un puente levadizo que la aislaba de la Torre de los Locos en caso sólo de necesidad.

Además resalta en el interior la iglesia de Santa María del Castillo, de finales del siglo XIII y que combina elementos del románico y el gótico.

El acceso al interior de la fortificación se hacía a través de cinco puertas, defendidas por torreones adosados.

Castillo de Medellín

Esta fortaleza, por sus dimensiones y estructura, es una de las más conocidas en Extremadura. La villa cae en las manos de los musulmanes en el año 768, quienes aprovechando la ocasión levantaron la alcazaba encima de restos romanos. En 828 empezaron los primeros asaltos cristianos, y no sería hasta 1234 cuando Fernando III lograse el control definitivo de la fortaleza.

Sirvió de frontera entre los territorios de las Órdenes de Santiago y Alcántara, y a pesar de que durante la Reconquista fue muy disputado por su ubicación, en el siglo XIV estuvo casi a punto de desaparecer.

Castillo medieval de Medellín en Badajoz

El castillo tiene una planta irregular de 150 metros de longitud en su eje mayor y 70 metros en su eje menor. Este recinto está protegido por un puente muy próximo al muro principal. La parte interna cuenta con cuatro torres y otras tantas en mitad del lienzo de la muralla. Para su mejor defensa tiene una muralla interior que termina en dos grandes torres, perfectamente conectadas con esta muralla en varios niveles.

Destaca también el aljibe formado por dos naves y una toma de agua abovedada que baja hasta el río.

Castillo de Feria

Esta impresionante fortaleza se levanta sobre un cerro de casi 600 metros de altitud, lo que permite dominar una enorme extensión de terreno.

El castillo se levanta sobre una antigua fortaleza musulmana de adobe. Su origen se remonta a la concesión de este territorio a Lorenzo Suárez de Figueroa, convirtiéndose en el centro del Señorío de Feria hasta que los Duques se establecen en Zafra.

El castillo se construyó entre los años 1460 y 1513, y primitivamente formaban parte de un recinto amurallado que abarcaba toda la zona donde se encontraba la villa.

El trazado de la fortaleza se adapta perfectamente a la traza del terreno donde se levanta, formando falsas torres cuadradas. Está dotado de torreones semicirculares, para ofrecer mejor defensa ante la artillería, torres circulares y torres cuadradas que responden al primitivo trazado árabe. Los muros tienen 3 metros de grosor.

Castillo de Feria, Badajoz

El interior del castillo está dividido en dos por un muro, con el fin de poder agrupar las tropas en caso de asalto a la fortificación. Desde el adarve de este muro se accede a la Torre del Homenaje, el elemento más espectacular del recinto. Cuenta con cuatro pisos y 40 metros de altura por lo que es divisable desde muchos kilómetros a la redonda.

Las esquina de la torre son redondeadas y adornadas con elementos del gótico. En el interior se compone de un sistema de defensa, que obliga a entrar por la segunda planta, bajar a la defensa y solo entonces se puede acceder a la parte superior. Las estancias, ordenadas para su uso como cocina, chimenea, residencia, letrinas e incluso dotadas de aljibe, cuenta con unos ornamentos de gran belleza.

Castillo de Salvatierra de los Barros

La fortaleza se construyó por orden de Alfonso IX en 1190, con el fin de controlar los emplazamientos que rodeaban Badajoz y dejar aislada a la ciudad para preparar el siguiente asalto. Todo indica que se construyó sobre una fortaleza árabe, que a vez, aprovechaba una fortificación romana.

A lo largo del siglo XV el castillo es objeto de disputas sobre la propiedad, que motivaron su destrucción parcial a cargo del segundo duque de Feria. Pasaría después a manos de Hernán Gómez de Solís para, finalmente, se uniera en los dominios del Señorío de Feria. En 1651 resultó gravemente dañado en la guerra con Portugal.

Castillo de Salvatierra de los Barros en Badajoz

El castillo se levanta sobre una loma a 800 metros de altitud, y está configurado en varios niveles siguiendo las irregulares del terreno. Se trata de una construcción compleja, que consta de un primer cuerpo exterior con planta con forma de D con seis torres semicirculares, antemuros con torres redondas y troneras para fuego artillero y un cuerpo principal formado por dos rectángulos con cuatro torres de defensa, dotado de una barbacana o muro defensivo.

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