La plaza de la Soledad, en la ciudad de Badajoz, recibe su nombre por la Virgen de la ciudad, Nuestra Señora de la Soledad. Está compuesta por una serie de edificios de diferentes estilos y épocas arquitectónicas.
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Plaza de la Soledad
En ella se asentaba en el siglo XVI el palacio de los Marqueses de la Lapilla, Don Cristóbal de Fonseca y Doña Beatriz de Manuel, de la familia noble de los Fonseca, nombre por el que era conocida esta plaza en aquélla época.
Un dato importante a conocer es que en él se hospedó Felipe II en 1580 para hacer valer sus derechos al trono de Portugal. Pero durante su estancia en la ciudad, su mujer la reina Ana de Austria murió a causa de unas fiebres y fue enterrada en el Real Monasterio de Santa Ana, muy cerca de dicha plaza.
Casi un siglo más tarde se derribó el palacio, dejando una plaza casi cuadrada, convirtiéndose la segunda plaza más grande de Badajoz, después de San Francisco, dando la oportunidad de ver desde el convento de Santa Ana a la iglesia de San Agustín.
Hasta el siglo XIX no fue cuando se empezó a construir el edificio que sería el Banco de España y actualmente es el Conservatorio Superior de Música.
Estatua del Porrina de Badajoz
Rafael Salazar mira eternamente hacia la ermita, en recuerdo de todas aquellas noches de Semana Santa que le cantaba apasionadas saetas a la Virgen de la Soledad, desde uno de los balcones del Hotel Madrid (hoy desaparecido).
Banco de España
Hoy en día sus instalaciones son usadas por el Conservatorio Superior de Música. Destaca por ser uno de los pocos edificios de la ciudad pacense realizado en sillares de piedra. Con un carácter muy sólido, dando la apariencia de fortaleza, que se rematan con almenas.
Hotel Madrid
Después de un tiempo pensando construir una casa de alquiler o un hotel, la familia Ramallo optó por edificar un hotel, dejando la planta baja como ampliación de su comercio local Las Tres Campanas.
Las Tres Campanas
Un precioso edificio dedicado exclusivamente al comercio, fue encargado por la familia Ramallo en 1889. Pero en diciembre del año 1911, un grave incendio, que duró nada más y menos que 12 horas, destruyó todo el interior del edificio. En 1916 abrió de nuevo sus puertas una vez recuperado todos los daños sufridos.
A tener en cuenta su preciosa fachada de líneas rectas que contrasta con los balcones, con una gran expresión decorativa, sobre todo vegetal. En el cuerpo central del edificio se colocó un reloj en el año 1917.
El nombre del edificio procede del campanil que remata la fachada, compuesto por tres campanas bajo una cúpula metálica con forma de paraguas.
Su uso fue principalmente comercial, siendo el más conocido el de juguetería. En su interior se conserva uno de los ascensores más antiguos de la ciudad, de madera y con asientos.
Fue uno de los edificios más altos del momento en la ciudad de Badajoz. El lema de la casa era:
Vender mucho ganando poco
La Giralda
En esta plaza era el centro de la actividad comercial desde finales del siglo XIX, dando lugar a importantes almacenes, en su mayoría destinados a la venta de tejidos.
Uno de ellos fue “La Giralda”, propiedad del señor Cancho. Su gran éxito le llevaría a reformar su establecimiento para edificar uno de nueva planta con el símbolo de la torre sevillana en la fachada.
Este edificio es una réplica de la Giralda sevillana, de estilo regionalista andaluz. Con colores llamativos, delicadas y caprichosas formas, balconadas y rejería.
Sus balcones son corridos, con gran variedad de arcos rematados con una fina crestería y jarrones de gusto árabe en cerámica vitrificada. También se puede observar tejas de cerámicas vitrificadas en azul y blanco en los tejadillos de las balconadas.
Este edificio, construido por la familia Cancho, sirvió tanto de residencia como almacén comercial. De ahí que la torre esté coronada con la estatuilla de Mercurio, que es el dios del comercio.
Ermita de la Soledad
En 1606 la historia de la plaza cambió por completo, al encargar el Duque de San Germán la construcción del santuario en el lugar que hoy ocupa La Giralda. La fama y la devoción que se alcanzó por la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, que vino desde Nápoles en el 1664, la hicieron convertirse en la patrona de la ciudad.
Este lugar sagrado sufrió daños importantes durante la Guerra de la Independencia y, aunque se intentó restaurar, fue definitivamente derribado.
Su antigua portada de mármol se encuentra en el Parque Infantil, junto con una pequeña imagen de la Virgen, a modo de capilla pública. La nueva ermita se inauguró en 1935, fecha en que la Virgen de la Soledad se traslada procesionalmente desde la Catedral.
La fachada está rematada con un templete de ladrillo, utilizando a modo de corona una custodia, lo que le da una mayor altura que el Giraldillo, quedando probada la supremacía de lo religioso a lo pagano.
Interior de la ermita de la Soledad
En el Altar Mayor se encuentra la imagen de la Virgen y, a los lados, esculturas de los siglos XVI y XVII, como son el Cristo de la Paciencia (conocido como el amarrado), y el Ecce Homo. Otra escultura muy importante es una talla de un Crucificado del siglo XVII.
La capilla superior fue costeada por las hermanas Justa y Leonor Olleros. Está decorada en estilo neobizantino, predominando sobre todo el dorado, y nos muestra una réplica del salón del trono del castillo “El Nuevo Cisne de Piedra”, mandado a construir por el rey Luis II de Baviera, apodado como «el rey loco».
En esta capilla podemos contemplar unos murales con las imágenes de los santos Pedro y Pablo, y los cuatro evangelistas, así como la suma del cielo y la tierra, que crean el cosmo.
Casa Álvarez
Esta casa fue levantada en 1915. En el centro de su fachada podemos ver las iniciales de su dueño, Juan Álvarez Sánchez.
Es un hermoso edificio de tres plantas, cuya fachada quedó dividida en tres partes, siendo los dos laterales donde se encuentran los balcones. Con curvas suaves, motivos florales y vegetales y decoración con inspiración a la caza.
Casa N.º 13
Esta casa destaca por ser un claro ejemplo modernista muy recargado. Basa su atractivo en esculturas, bajorrelieves y rejería.
La decoración vegetal y floral es muy abundante, así como la humana con varios ángeles que parecen sostener la fachada de la casa. La rejería de los balcones es muy atractiva y sus hierros simulan el amanecer, con un sol que asoma en la parte inferior de esta.