Cuenta la tradición que las Encantadas extremeñas sienten predilección por la madrugada de la noche de San Juan. A estos personajes mitológicos les gusta aparecerse por estas fechas. Algunos dicen que son mujeres que nacieron mortales pero en virtud de una maldición fueron hechizadas para toda la eternidad. Algunas, incluso, pierden su apariencia humana y puede convertirse en animal o incluso en piedra. Su misión principal es custodiar tesoros y lograr que algún humano deshaga su encantamiento que las tiene condenadas a vivir eternamente en el mundo de las hadas.

¿Qué es una encantada?

La leyenda castellana nos cuenta que la Encantada es un nombre que hace referencia a un conjunto de tradiciones orales y leyendas mitológicas narradas en numerosas localidades españolas. Como en este caso en Extremadura.

Una de las encantadas extremeñas

En esta región existen muchas leyendas de princesas moras y damas encantadas que, por lo general, aparecen en esta fecha del año. Como por ejemplo:

Jaraíz de la Vera

En esta localidad verata aparece en la noche de San Juan la infanta Jarifa, quien en su dedo corazón luce un anillo mágico que no es capaz de quitarse. Cada noche de San Juan busca en los nidos de águilas un huevo no empollado, dentro el cual está el anillo que deshace su encantamiento.

Montánchez

Dicen que la encantada de esta localidad habita en el castillo de Montánchez y aparece cada noche del 23 al 24 de junio portando una vela encendida y un libro. Desde las almenas de la construcción bendice o maldice las cosechas de toda la comarca.

Montijo

El lago de las encantás

Por otra parte, los habitantes de esta localidad pacense, cada noche de San Juan, se desplazan hasta la laguna de las Encantás. En sus aguas, según la tradición, habitan tres damas que emergen de las aguas durante la madrugada, cumpliendo los deseos de quienes logren llegar hasta la laguna portando un vaso del que no pueden derramar ni una sola gota de agua.

Talavera la Vieja

Una joven árabe de voz hipnótica que habita en los restos de un colector romano abovedado, en las ruinas de Talavera la vieja, es conocida como la Cantamora. En la antigua Augustóbriga, una ciudad romana inundada en la actualidad por el pantano de Valdecañas y, que sólo en ocasiones de sequía cuando el nivel del agua desciende, deja ver sus blancos huesos de piedras y hasta algún que otro tesoro.

La Cantamora, haciendo honor a su nombre, inmoviliza con sus dulces melodías a las personas, aves, reptiles y mamíferos que llegan a escucharlas en esta noche mágica.

Trujillo

Trujillo en la Noche de San Juan

En otra cueva (oculta hasta esta noche), y esta vez en Trujillo, también habita una señora encantada y adivina a la que los enamorados pueden preguntar una vez año por su futuro. A las once y media del 23 de junio, la pareja debe acudir a la fuente de Santa Olalla y preguntar a la encantada si podrán casarse dentro de un año. A las doce en punto se abrirán unas pizarras cercanas a la fuente y saldrá un carnero negro. Si topa por tres veces en las pizarras, la boda será un hecho.

Berlanga

Y si alguien no tiene novia, pero quiere tener una (aunque sea encantada), no debe dudar en acercarse esta noche a Berlanga, y comience a pasear, como quien no quiere la cosa, por las cercanías del pozo de la Mineta. Le saldrá al paso una perrita negra. Debe seguirla porque no es otra que la perra de Pepa, una bella dama encantada que espera en las negras profundidades a que un caballero valiente la rescate.

La pobre Pepa se encuentra condenada en esas profundidades como pena a una supuesta infidelidad que su marido, un mago con bastante mala leche, decidió castigar arrojándola para siempre en la oscuridad del pozo seco, en donde, si fuera poco, tiene que escuchar continuamente a una lechuza llamándola “fea” por toda la eternidad.

Es lo que tiene esta noche tan mágica como siniestra.

Santibáñez el Bajo (Cáceres)

Existen dos leyendas encantadas que se manifiestan en San Juan. Cerca de un paraje conocido como la huerta de la Blasca se alza la torrita de la Mora, o más bien, según cuentan, los restos de una edificación mucho más alta. En el mismo lugar existe un manantial conocido como la fuente de la mora. Cuenta la historia que una noche de San Juan iba un pastor comiendo pan y morcilla cuando se le apareció una mora solicitándole que compartiera con ella su comida. Este se negó y la encantada exclamó: ¡Si no me das pan y morcilla no verás mis maravillas! La fuente comenzó a expulsar joyas de oro y diversas alhajas. Cuando el pastor sumergió las manos en el agua tratando de alcanzar alguno de estos tesoros la encantada chilló: ¡Quien no da pan y morcilla no verá mis maravillas y se quedará manco toda la vida!

La cantamora, una encantada de San Juan en Extremadura

Muy cerca de la torrita de la Mora se alza la fuente de la bellota. Allí, según la tradición, cada noche de San Juan aparece un anciano que monta un tenderete con objetos de oro. En una de esas ocasiones llegó un pastor al que el encanto le invitó a que eligiera un objeto de los muchos que exhibía. Él dijo que quería unas tijeras de oro. En ese instante se abalanzó sobre el pastor, tratando de acabar con su vida. Al parecer se trataba de una encantada y, para romper el hechizo, tendría que haberla elegido a ella por encima de todas sus posesiones.

En esta noche mágica todo es posible, así que se tiene que estar atento a los muchos encantos de la noche más corta del año, la noche de San Juan.

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para «permitir cookies» y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar» estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar