Cada 14 de agosto se cumple un nuevo aniversario en el que las calles de Badajoz se tiñeron de rojo. Este hecho se produjo en los días posteriores a la batalla de Badajoz. Tras la toma de la ciudad pacense por las fuerzas sublevadas contra la República, se llevó a cabo la matanza de Badajoz el 14 de agosto de 1936 por la noche y el 15 de agosto por la mañana.
Constituye uno de los sucesos más controvertidos de la Guerra Civil española, pues el número de víctimas de esta matanza apuntan entre 1800 y 4000, dependiendo de los historiadores que la han estudiado.
Al mando de las tropas que entraron en Badajoz se encontraba el coronel Juan Yagüe que, tras la Guerra Civil, fue nombrado ministro del Aire. A partir de estos hechos, Yagüe ha sido conocido como “el carnicero de Badajoz”.
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Batalla de Badajoz, 1936
La batalla de Badajoz fue un enfrentamiento militar que tuvo lugar en agosto de 1936. Tras la toma de Mérida, la conquista de Badajoz permitió al bando sublevado asegurar la retaguardia y la frontera de Badajoz, lo que llevó a que se perdiera definitivamente la comunicación terrestre con Portugal. Tras la batalla, se desarrolló uno de los episodios más sangrientos de represión y asesinatos de toda la guerra, la llamada matanza de Badajoz.
La Matanza en la Plaza de Toros de Badajoz
La muerte arrasó con los republicanos en Extremadura en agosto de 1936. El 14 de agosto, cuando el teniente coronel Yagüe logró entrar en la ciudad, llenó a Badajoz de tiros y fuego.
Después de su entrada, los ciudadanos de por aquel entonces presenciaron y vivieron dos días de asesinatos en masa entre el 14 y 15 de agosto.
Los prisioneros eran reunidos en la arena de la plaza. Allí eran ametrallados con saña. No contento con esto, algunas ocasiones bajaban al ruedo y asesinaban a los más indefensos.
Los últimos combatientes republicanos que resistieron atrincherados en la catedral, hasta que se quedaron sin munición, fueron fusilados en el altar mayor. Al día siguiente, sus cadáveres aún seguían en el lugar donde habían sido asesinados.
Esta plaza fue centro de reclusión para un mínimo de 1.200 internos. Los muros del coso taurino fueron cárcel improvisada y lugar de ejecución de prisioneros republicanos.
Los cuerpos de los fusilados fueron llevados en camiones al cementerio de San Juan para luego ser incinerados en grandes piras antes de ser arrojados a fosas comunes.
La Plaza de Toros fue levantada junto al Baluarte de San Roque e inaugurada el 14 de agosto de 1859. Fue abandonada en 1967, cuando se abrió el nuevo recinto taurino en la ciudad. Por lo que fue demolida en el año 2000 para construir en su misma ubicación el Palacio de Congresos de Badajoz.
Pero la historia continuó en las calles de Badajoz
Pero también las calles de Badajoz fueron escenario de algunos asesinatos. Aunque todo apunta que el horror se concentró en la plaza de toros hoy desaparecida.
Según artículos publicados en Le Populaire, Journal de Gèneve, etc., se produjeron ejecuciones en masa, y las calles sembradas de cadáveres.
Los asesinatos continuaron los días siguientes del 14 de agosto. Todos los días a las doce de la mañana, en la plaza de Penacho, donde se producían la ejecución de prisioneros, amenizados con música y a la que estaban obligados a asistir los habitantes de la ciudad.
El día 20 de agosto se celebró un acto, con misa y desfile incluido, al que se “invitó” a toda la población. Como culminación de este acto fueron fusilados dos alcaldes republicanos de Badajoz, Juan Antonio Rodríguez y Sinforiano Madroñero, un diputado socialista y siete portugueses, dos de ellos eran menores de 16 años.
Las columnas comandadas por Yagüe fueron dejando un rastro de terror y sangre por todas las poblaciones que iban ocupando. Si en Badajoz reforzaron su violencia fue por la resistencia que ofreció la ciudad, confirmado por el propio Yagüe.
Tuvieron que quemar los cadáveres con gasolina para evitar brotes epidémicos, una muestra de la magnitud de la matanza.
Monumento en memoria de las víctimas de Badajoz en 1936
Eclíptica II es el monumento en memoria de las víctimas de la guerra civil. Está situado sobre el espacio donde estuvo la Plaza de Toros de Badajoz en la que se internó y fusilaron a presos republicanos por el bando nacional.
La escultura metálica creada por Blanca Muñoz está formada por una serie de tubos que juegan con los efectos de la luz solar al proyectarse sobre el suelo. En el momentos en que la sombra es más nítida, su apariencia sería la de una flor que inmortaliza el recuerdo de los asesinados en ese lugar.
Memorial Badajoz 1936
Más de 80 años después, la antigua plaza, actual Palacio de Congresos Manuel Rojas, acoge un memorial para honrar a las víctimas del franquismo.
Es un panel conmemorativo que tiene como objetivo recordar y homenajear a las víctimas que fueron asesinados en 1936.
El memorial en general, consta en dos paneles explicativos. Por un lado, un panel de víctimas basado en la investigación histórica de Francisco Espinosa y, por otro, diferentes contenidos audiovisuales y documentación gráfica. Como la grabación del concierto de la Orquesta de Extremadura que se realizó en 2018, en el que se interpretó la obra del compositor extremeño Jose Ignacio de la Peña “Disparos de Luz”.
Y en memoria de las víctimas, Badajoz 1936-2018, con textos del poeta Antonio Gómez y del periodista portugués Mario Neves, que denunció los sucesos.
Además, en una vitrina se muestran diferentes obras históricas y literarias relacionadas con la represión franquista en la ciudad de Badajoz como “Lunas de agosto” de Justo Vila, “La matanza de Badajoz” de Mario Neves y los poemas “Mortal,1936” de Antonio Gamoneda.