La historia de la «Judía Maruxa», o «La Estrella de Hervás», nos cuenta un trágico amor entre una judía y un cristiano en la época medieval en Extremadura.
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Realidad histórica
En el siglo XV se estableció en Hervás una comunidad judía, por lo que el pueblo estaba dividido en dos zonas: el barrio alto ocupado por los cristianos, y el bajo, junto al río, donde se encontraba la comuna judía.
Pero con la entrada en vigor del decreto de expulsión ordenado por los Reyes Católicos en 1492, hizo que la comunidad hebrea se redujera a unas 14 familias de las 40 que se habían establecido en Hervás.
El enamoramiento de la judía Maruxa
Por una parte nos encontramos con Maruxa, una joven de 18 años de edad. Una mujer maravillosa, muy hermosa, que tenía a muchos jóvenes del lugar como pretendientes, incluso jóvenes cristianos del lugar.
Julián, hijo de un cristiano viejo, tenía fama de ser un buen muchacho. Cada vez que el joven pasaba con su caballo por la zona cercana del río, durante su tránsito, comenzaba a encontrarse normalmente con una bella judía, que al saludarla se enrojecía.
Incluso se cuenta que el joven Julián alteraba su camino para encontrarse «por casualidad» con la chica.
Pero el flechazo no tardó en llegar, y los jóvenes enamorados comenzaron a tener encuentros a pesar de que debido a sus religiones no podían hacerlo en público. Por eso quedaban al lado del puente que hay en la parte baja de la ciudad, en la conocida como fuente chiquita.
La desgracia de Maruxa
Una noche, mientras Maruxa y su joven amado estaban juntos, alguien los descubrió y se lo contó de inmediata a uno de los jóvenes que fue rechazado por Maruxa, un judío llamado Dimas.
Este furioso fue avisar al padre de Maruxa, que envió la noche antes al Sabbat, día de descanso semanal de los judíos, a varios asesinos para dar muerte a Julián.
La noche estaba oscura y había una densa niebla, pero la joven Maruxa vió a los sicarios y se puso delante de su amado para defenderlo. Finalmente ambos acabaron muertos a puñaladas, y sus cuerpos abandonados juntos al pie de la fuente.
Como el día siguiente era sagrado para los hebreos, pero no para los cristianos, el padre de Julián enterró a su hijo. Sin embargo, el padre de Maruxa ordenó que fuera enterrada fuera del cementerio judío.
Su cuerpo fue sepultado al lado de la fuente donde encontró la muerte junto a su amado, en uno de los márgenes del río Ambroz.
Otra versión de la historia cuenta que el propio rabino Ismael, el padre de la joven, fue el que se encargó de asesinar a ambos.
La leyenda de la judía Maruxa
La leyenda dice que algunas noches, el espíritu de la joven Maruxa vaga por el río junto a la Fuente Chiquita.
Dicen que se oyen sus suspiros y lamentos que hielan el alma. Hay rumores que comentan que puede verse el alma en pena de la joven judía augurando malos tiempos y augurios.