El último bandolero extremeño nace en 1833 en el seno de una familia humilde. Era el segundo de tres hermanos, Bernardo, que era su nombre propio. Dicen que era un chico alegre y campechano.
Según cuentan datos fidedignos, Chico Cabrera era bajito, tenía el pelo castaño, ojos pardos, nariz afilada, cara y boca regular y barba de color trigueño.
Su historia
Chico Cabrera trabajó desde muy pequeño de jornalero en fincas muy cercanas a la Sierra de San Pedro como La Rapaza y Juan Ramos. Parece ser que su oficio no le gustaba demasiado, por lo que, estando un día en la finca “La Rapaza”, junto con sus dos hermanos, tuvo un cara a cara con el dueño de la finca que no paraba de llamarlo holgazán. Según cuentan que, si no se lo impiden sus hermanos, casi lo degüella.
Inició su carrera como bandolero en los años 60 del siglo XIX. En un principio comenzó con contrabando de caballerías, y poco a poco fue convirtiéndose en un bandolero, siendo cada vez más frecuentes sus asaltos. Incluso se le atribuyó falsamente un asesinato. Lo suyo era cometer delitos de menor grado, pero sería detenido y encarcelado en Cádiz, donde un poco más adelante se escaparía en el verano de 1868.
A partir de este suceso, comienza una serie de asaltos a viajeros hasta que en 1871 es detenido de nuevo. Pero de nuevo logra fugarse de los muros de la cárcel.
En varias ocasiones fue denunciado por los vecinos de la zona, y también fue casi capturado de nuevo por la benemérita. En una ocasión estando en una cueva que le servía como refugio en la conocida finca “Rincón de Araya” estuvieron a punto de apresarlo, pero el bandolero se fugó de nuevo por una salida secreta de la gruta.
Los amores de Bernardo
Chico Cabrera seguiría con sus asaltos y relaciones amorosas por la Sierra de San Pedro.
Estuvo casado con una tal Celestina con la que tuvo un hijo llamado Guillermo. La dejó y marchó hacia Portugal donde conoció a una mujer a la que llamaban “La Tía Francisca” o “Mariquita la Cochina”, la cual dirigía una taberna y tuvieron un hijo, Damián conocido como “El portugués”.
Cuenta que con 44 años mantuvo una relación adúltera con la mujer de un molinero del río Salor, cerca de Herreruela.
La Cueva de Chico Cabrera
En una finca de la Sierra de San Pedro hay una cueva donde dormía. Contaban los viajeros de la comarca que nunca fue apresado y que fue muerto por la traición de una familia que vivía en el campo, donde a veces iba a comer y les daba dinero por ello.
Esta familia puso en alerta a la Guardia Civil, que lo mató nada más acercarse a la puerta. En el atestado de la Benemérita, no reflejaba nada de este hecho. Es muy enrevesado y solo dice que los guardias civiles «capturaron y le dieron muerte» al tratar de fugarse.
Cuentan que la madre del violador de la hermana de Cabrera falsificó los papeles y montó una trama para hacer pasar a Chico por bandido en lugar de un justiciero. Aseguran que cuando Cabrera estaba en Sierra de San Pedro, pararon las violaciones a criadas.
Los detalles de la vida de este hombre, que han llegado hasta nuestros días, tienen más que ver con la leyenda que con la historia, pero son detalles tan curiosos que merece la pena conocerlos ¿No crees?